Estos días son una locura y es que el trabajo a distancia es el doble de trabajo. Y si le sumas la diferencia horaria, es otro cantar.
El equipo en Siargao está acabando la obra y yo, como loco, acabando de revisar todo, cerrando mil temas y ultimando mil detalles.
La emoción y los nervios a flor de piel me hacen tener ese cosquilleo típico de cuando algo importante está al caer. Importante porque es un proyecto en el que hemos puesto toda la ilusión y la energía, con cariño y con mimo, con delicadeza y con fuerza a la vez.
En unos días llego a Siargao y pondremos en marcha nuestro nuevo proyecto, del que me muero de ganas de hablaros y enseñaros.
¡Nos vemos pronto!